ORGANO
INFORMATIVO
DE LA MISION PERUANA DEL NORTE
DE LA IGLESIA ADVENTISTA DEL SEPTIMO DIA
ASN REGIONAL - Chiclayo, 18 de Setiembre del 2001
RESPUESTA
ADVENTISTA ACERCA DE LOS ULTIMOS ACONTECIMIENTOS EN LOS EEUU.
(Mensaje del Presidente Mundial de la Iglesia
Adventista, Jan Paulsen)
Martes, 18/09/01
EN MOMENTOS ASI
Silver
Spring, Maryland, EE.UU. ... [ASN] Al
reflexionar en el terror, trauma, incertidumbre y confusión que nos trajeron
los últimos días, como seres humanos comunes nos sentimos totalmente
impotentes; es como si hubiese un vacío dentro de nosotros a través del cual
hubiésemos escapado. Es difícil encontrar palabras que puedan expresar el
horror que experimentamos y como nos sentimos en relación a todo esto. Las
palabras parecen vacías y parece que ya todas fueron usadas. Sentimos nuestra
propia fragilidad, y sentimos que nuestra estructura de aquí a poco no pasará
el teste. Entonces debemos procurar ayuda en otra cosa, e inmediatamente vienen
a nuestra mente las palabras del Salmista:
"Alzaré mi ojos a los montes: de dónde
vendrá mi socorro?" Y la respuesta de fe viene inmediatamente: "Mi
socorro viene de Jehová, que hizo los cielos y la tierra". (Salmo 121:
1,2)
Como cristianos somos personas de esperanza y
hablamos el lenguaje de esperanza, fe y certeza en el futuro, aún cuando
enfrentamos momentos tristes como estamos teniendo ahora. Entonces recordamos
las palabras de David: "Estos confían en carros, y aquellos en caballos;
[estos eran los más seguros instrumentos de guerra], mas nosotros, del nombre
de Jehová nuestro Dios tendremos memoria (Salmo 20:7) Por lo tanto, aunque
estos días sean difíciles, como cristianos no somos agentes de tristeza o
desesperación. Pero, necesitamos buscar al Señor.
No hay dudas que la mano del mal estuvo
operando en todo lo que sucedió y que sus impresiones digitales están en la
tragedia - pues él está constantemente aprovechando oportunidades para
destruir, causar caos y tristeza. El es el maestro indisputable del desarrollo
del mal en este sistema intrincado. El factor abominable de lo que aconteció en
Nueva York y Washington DC y en toda la humanidad es que no alcanzó solamente
instituciones y estructuras de la sociedad, sino que actuó contra centenas de
personas inocentes que pagaron con sus vidas; estamos con estas centenas de
personas que perdieron a sus amados y que sus corazones lloran en una hora como
ésta.
Cómo vemos nuevamente la vida después de
algo semejante?
La respuesta no es fácil; algunos la
procurarán por mucho tiempo, y no la encontrarán. No quedaremos pequeños en
opiniones y teorías durante las próximas semanas. Mi preocupación es la
siguiente: Cuántas otras vidas inocentes se perderán antes de dejar atrás
todo lo que aconteció? Cómo podemos ayudar usted y yo? Como Iglesia de la
comunidad, de qué forma podemos ayudar?
Siendo parte de una comunidad cristiana,
leemos la Biblia y somos guiados por el Espíritu Santo en la comprensión de lo
que leemos. Parte de lo que leemos nos habla sobre los acontecimientos de los días
finales de la historia de la tierra, y algunos de estos eventos serán rápidos.
Pero, es importante recordar que solamente Dios sabe exactamente cómo será
desarrollado el futuro y cómo acontecerán los eventos. No ayuda a nadie, ni
tampoco a la misión que Dios confió a Su Iglesia, que usted y yo especulemos
en relación a lo que está aún por suceder. Somos llamados a ser vigilantes,
sobrios y continuar en la misión que El nos encomendó hasta Su regreso.
Para mí esto significa que debemos
comprometernos en la Misión de Dios y mientras esperamos Su venida tenemos que
estar tranquilos y determinados, despiertos e informados; no debemos dejar paso
a la histeria o dejarnos llevar por las ardientes especulaciones.
Necesitamos ser sensibles a los problemas de la humanidad, en la situación
actual, necesitamos dar bienestar, sangre y dinero. Esto también significa que
necesitamos orar por nuestros vecinos que están sufriendo. Pero, también
necesitamos recordar la oración por los extranjeros que pueden estar a muchos
kilómetros y que también son víctimas inocentes en alguna red maligna que no
tiene nada que ver con ellos; podemos intentar ayudarlos como lo haría Jesús,
porque ellos también son de El.
Como cristianos hablamos regularmente de
Dios; pero, también recuerde que debemos hablar con El en favor de los líderes
de las naciones, de Norteamérica y de todos los lugares que ahora están
enfrentando algunas decisiones complicadas. Los líderes están haciendo todo lo
que está de su parte para reparar lo que fue dañado, siempre que la reparación
no cause un mal mayor!
Dios no abandonó a la humanidad; lejos de
eso! El tiene un compromiso inmensurable con la humanidad, que fue parcialmente
mostrado cuando envió a Su hijo como regalo, y El está allá para ayudarnos.
El tiene una solución. Necesitamos aprender la sumisión, y después
necesitamos comprender cómo quiere que actuemos. Yo pediría que nuestros líderes
nacionales tomasen tiempo para orar, porque El es el único que puede guiarnos
con mano segura. [Presidente Mundial de la Iglesia Adventista, Jan
Paulsen]
MENSAJE
DE ESPERANZA
(Mark Finley)
Miércoles,
19/09/01
Silver
Spring, Maryland, EE.UU. ... [ASN] ASN
divulga el sermón del pastor Mark Finley, orador del programa "Está
Escrito", que fue transmitido, vía satélite, el fin de semana recién
pasado, junto con el mensaje del presidente mundial de la Iglesia Adventista,
Jan Paulsen.
"El día 11 de septiembre de 2001,
EE.UU. experimentó un ataque terrorista de proporciones enormes. Cuatro
aviones, dos de la American Airlines, y dos de la United, fueron secuestrados.
Dos de estos aviones se lanzaron contra el World Trade Center alcanzando a
millares de personas que perdieron la vida. Otro avión que salió del
aeropuerto Dulles de Washington, fue secuestrado y cayó sobre el Pentágono,
dejando por lo menos otros 800 muertos. El otro avión cayó en un área remota
de Pennsylvania. Al mirar hacia esta tragedia, hacia la tristeza causada por
estos hechos, al pensar en la soledad, en las lágrimas por los esposos,
esposas, niños y en general, todos los muertos, cómo podemos encontrar sentido
en estos hechos? A través de esta tragedia, será que Dios está queriendo
decirnos algo? Hay cuatro elementos que necesitan ser puestos en la perspectiva
espiritual:
Dios no es responsable por la maldad.
Las Escrituras enseñan que Dios es amor, bondad, lleno de Gracia. Dios no tiene
responsabilidad alguna por secuestradores, secuestros de aviones, ni pérdida de
personas inocentes. Incluso, si usted va a las Escrituras, en el libro de Jeremías,
capítulo 31, versículo 3, encontramos lo siguiente: "Jehová se manifestó
a mí hace mucho tiempo, diciendo: Con amor eterno te he amado; por tanto, te
prolongué mi misericordia". Dios es un Dios de amor infinito y ese amor
permite que los seres humanos hagan sus elecciones. En el contexto de las
elecciones a veces existen malas elecciones. Por eso, vivimos en un mundo que
realmente está en constante guerra. Hay una guerra entre el bien y el mal. Una
guerra entre Cristo y Satanás, y el Dios amoroso permite que esta guerra
ocurra. Un Dios amoroso permite que hombres y mujeres hagan elecciones, aunque
algunas elecciones son destructivas. En el contexto de esas elecciones Dios está
siempre cerca para proveer consuelo, valor, esperanza, fuerza. Entonces, la
primera cosa que aprendemos de esta tragedia es que Dios no es el responsable.
Pero existe la maldad, y cada vez que vemos personas inocentes sufriendo, muerte
y horror, lloramos y nos afligimos en lo profundo de nuestro ser y preguntamos a
Dios, por cuánto tiempo más? Cuánto tiempo más necesitamos enfrentar la
maldad de nuestro mundo? Dios siempre tiene grandes victorias, como dijo una vez
James Russell, "la verdad siempre vencerá, la verdad estará siempre en el
trono. Detrás de lo desconocido, hay un Dios que está observando lo que está
aconteciendo". Dios está cerca de usted aún en medio de la tragedia.
La vida es corta e incierta.
Muchas de las personas que se levantaron por la mañana el martes 11 de
septiembre, no imaginaron que un avión iría a exterminarlos en sus mismos
puestos de trabajo, en las torres del World Trade Center. Aquellas personas que
se encontraban en el Pentágono, no esperaban que un avión se desintegraría
cayendo sobre ese edificio. Esto era lo último que ellos esperaban que
sucediese. Las personas que estaban dentro de aquellos aviones no esperaban que
ellos caerían. La vida es incierta. El libro de Santiago, en el capítulo 4,
versículos 13 y 14 nos habla en los siguientes términos ante las situaciones
similares: "Vamos ahora! Los que decís: Hoy y mañana iremos a tal
ciudad". Fue eso lo que muchas personas dijeron cuando entraron en aquellos
aviones, vamos para ésta o aquella ciudad; y las Escrituras continúan: "y
estaremos allá un año, y traficaremos y ganaremos; cuando no sabéis lo que
será mañana. Porque, qué es vuestra vida? Ciertamente es neblina que se
aparece por un poco de tiempo, y luego se desvanece". La vida es incierta y
la Biblia dice que estamos aquí por un poco de tiempo; pasado un tiempo nos
vamos de este mundo. Muerte y tragedia en la sociedad de hoy están en camino de
aquellos que están viviendo. Hay un llamado para que despertemos a una vida de
compromiso con Dios. Cada latido de nuestro corazón, cada respiración, es un
regalo de Dios; la vida toda es un regalo de Dios. Esa tragedia es un llamado
para que despertemos usted y yo. Cuando usted se despertó esta mañana, por
cierto no sabía de ese accidente de automóvil que había ocurrido en la
esquina de su casa, usted no sabía de esa enfermedad maligna que estaba en su
corriente sanguínea, o en sus tejidos, o en sus huesos, usted no sabe lo que su
médico le dirá hoy, usted no sabe del llamado que recibirá de un hijo o una
hija hoy sobre un trágico accidente. La vida es un regalo de Dios, regocíjese,
celebra la vida pues esa vida que tiene hoy prueba que Dios está hablando con
usted, intentando llevarlo más próximo de El, deje que Sus brazos fuertes se
abran para usted. La única seguridad de la vida está en Cristo Jesús.
Los eventos suceden rápidamente.
Imagine lo que hubiese sucedido si hubiésemos sabido una semana antes sobre
este accidente. Los eventos suceden rápida e inesperadamente. La Biblia habla
de algunos eventos del fin del mundo. En el libro de Lucas, capítulo 21 se nos
dice que debiéramos esperar que desastres sucederán antes de la venida de
nuestro Señor. Uno en cada 25 versículos del Nuevo Testamento hablan de la
Segunda Venida de Cristo, en total 1 mil 500 versículos. En el contexto de la
segunda venida de Cristo, en el libro de Lucas, capítulo 21, versículos 25 y
26, la Biblia dice: "Habrá señales en el sol, en la luna y en las
estrellas, y en la tierra angustia de las gentes, confundidas a causa del
bramido del mar y de las olas". La Biblia habla de la perplejidad y
angustia de las naciones. "Habrá hombres que desmayarán por el temor y la
expectación de las cosas que sobrevendrán en la tierra; porque las potencias
de los cielos serán conmovidas. Entonces verán al Hijo del Hombre, que vendrá
en una nube con poder y gran gloria". La Biblia prevé destrucción fuera
de lo común, los desastres naturales, fuegos y calamidades en la tierra y en el
mar, inseguridad y acontecimientos muy rápidos, uno detrás de otro. Ante esto
la Biblia dice: "Cuando estas cosas comiencen a suceder, erguíos y
levantad vuestra cabeza, porque vuestra redención está cerca". Hay un
pasaje impresionante en el libro de Romanos, capítulo 9, versículo 28:
"Porque el Señor ejecutará su sentencia sobre la tierra en justicia y con
prontitud". Qué podemos ver de positivo en esta tragedia, o qué de bueno
puede venir a raíz de esta tragedia? Qué de bueno puede surgir con esta onda
de maldad? Las mentes de hombres y mujeres alrededor del mundo pueden quedar
sensibilizadas con la inseguridad y la brevedad de la vida; y a través de los rápidos
eventos que se están sucediendo y que dan cumplimiento a las señales de la
venida de Cristo, ellos pueden ser atraídos a Dios. Si hay un momento en que
los corazones de los hombres y mujeres están listos para escuchar del amor de
Dios, es ahora. Si hay un momento para compartir Su amor, Su Palabra, a través
de un mensaje sólido y seguro, algo en que las personas puedan realmente
confiar, es ahora.
La última lección de esta tragedia nos
habla desde las cenizas del World Trade Center. Una
lección que nos habla de las lágrimas de los esposos y esposas, de los niños,
de las vidas que fueron enterradas bajo los escombros y la lección de la
necesidad y el deseo de un mundo mejor. En el fondo del corazón de hombres y
mujeres de cualquier lugar del mundo está la esperanza y el deseo que un día
las lágrimas acabarán. Un día en que el sufrimiento y la enfermedad no
existirán. Dios todavía está en el control de este mundo, a pesar de la
tristeza y la maldad del mundo; todavía le pertenece. Apocalipsis, capítulo
21, versículos 4 al 6 nos dice: "Enjugará Dios toda lágrima de los ojos
de ellos; y ya no habrá muerte, ni habrá más llanto, ni clamor, ni dolor;
porque las primeras cosas pasaron. Y el que estaba sentado en el trono dijo: He
aquí yo hago nuevas todas las cosas. Y me dijo: Escribe; porque estas palabras
son fieles y verdaderas. Y me dijo: Hecho está". Piense en lo que Dios
dice: enjugará las lágrimas, no habrá más sufrimiento, enfermedad, ni corazón
quebrantado, ni tristeza, ni muerte. El propio Dios todavía está en el control
de este mundo. Un día Cristo Jesús vendrá desde el cielo y la tierra temerá
y temblará, y no por causa de algún ataque terrorista, sino porque el Rey de
Reyes y Señor de Señores estará regresando; y la Biblia dice que los muertos
en Cristo resucitarán primero, por lo tanto, habrá un gran día de
reencuentro. Aquellos que fueron enterrados en los escombros del World Trade
Center y que tenían su fe puesta en Cristo, se levantarán para el encuentro
con sus amados.
Hagamos cuenta que hay un esposo que pone sus
brazos alrededor de su esposa y dice: Querida, te veré en la cena, la besa y
sale hacia su trabajo. Ella ve en algún canal la noticia de aquél día, un
terrible e inexplicable ataque terrorista en el cual un avión choca contra el
World Trade Center. Ella llama a su esposo al celular pero está desligado,
llama a la telefonista del WTC y nadie responde; queda preocupada, desesperada.
Uno, dos días después, se entera que su esposo está muerto. El funeral es
marcado y sus restos nunca son encontrados, pero la ceremonia fúnebre se
realiza. Aquella mujer con tres niños de 5, 7 y 10 años está llorando, y aquél
grito de su corazón es tan fuerte que casi no consigue soportar. Pero, habrá
un día en que el Señor Jesús regresará; Dios hablará y aquel hombre
resucitará transformado, renovado, y se reunirá con aquella esposa cristiana y
sus hijos, e irán en dirección al cielo donde no hay tristeza, enfermedad,
maldad, corazones quebrantados, ni existe la muerte; un lugar en el que la
familia gusta de Dios, donde las lágrimas no existen, y donde lo que aconteció
en el WTC es un problema del microcosmos, de la tristeza del mundo, de la maldad
del mundo. Será un microcosmos de la maldad del mundo porque todo el
sufrimiento no está en la ciudad de Nueva York. En las calles de la India hay
centenas de personas muriendo de hambre hoy. En Africa hay guerra de tribus y
guerras civiles, donde personas inocentes son muertas. En las Américas Central
y Sur hay regiones devastadas por desastres naturales. Pero, vea las buenas
nuevas en el contexto de este sufrimiento. Hay un Dios de amor para confortar y
fortalecer a sus hijos, que alcanza a los sufrientes y les da esperanza. A pesar
de tanto dolor, tenemos la esperanza de un mundo mejor de acuerdo a lo que dice
Apocalipsis 21, un anuncio será hecho para todo el universo: Consumado es. Está
acabado. Preocupación, guerra, tristeza, enfermedad, desastres y muertes acabarán.
Un día este mensaje hará eco en todo el universo. Aleluya, paz, salud, alegría!!!!
Por fin los corazones de hombres y mujeres viviendo en paz.
Ahora, le gustaría unirse conmigo en una oración especial? Por todos aquellos que están heridos, sufriendo; por todos los que perdieron a alguien en esta tragedia; para que nuestros corazones sientan la brevedad de la vida y nos lleve más cerca del Salvador, nos haga ver más allá de la tierra, nos recuerde que las tragedias y tristezas cuando Cristo vuelva, acabarán; y que a su vez nos comprometamos en esparcir el amor de Jesús a la humanidad. Oremos ahora: "Nuestro querido padre celestial, hoy oramos primero por aquellos heridos en esta terrible tragedia. Oramos por cada familia que está sufriendo por la pérdida de algún ser querido. Padre, ven a estar con ellos, atráelos y consérvalos cerca de ti; que cada uno de ellos vea más allá de la tragedia y reconozcan la brevedad de la vida, que ellos vengan a ti para encontrar la fuerza increíble que les puedes proporcionar en tu increíble amor. Padre, ayúdanos a ver la eternidad a través de estos acontecimientos, el retorno de Jesús, cuando ya no habrá más sufrimiento, tristeza, enfermedad, quebranto de corazón y muerte. Oh Señor, ayúdanos a ver ese nuevo mundo donde habrá paz y alegría. [Orador del Programa "Está Escrito", Mark Finley]
FIN
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Abraham Huamaní Vivanco
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